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Good News Bears

About a week ago, I was thinking about the 1976 movie The Bad News Bears starring Walter Matthau. The screenwriter wrote an offensive line coming out of the mouth of an 11-year-old. The fruit of his mouth reflected what he was taught by those close to him.

And I’m sure you’ve also heard the phrase, “(S)he is bad news!” That’s the kind of person you stay away from because they’ll likely bring trouble into your life.

Well, the reverse is also true—good news bears.

The Greek word for “gospel” is euangelion, which is made up of eû (good) and ángelos (messenger). The good news (gospel) of Jesus Christ produces good fruit through those willing to allow its seed to penetrate deeply into the soil of their hearts. (See Luke 8:5-8)

Eternal life, which is supernatural life, is the fruit of intimacy. The scriptures teach us that knowing God and His Son Jesus is eternal life (John 17:3). From that union with God, like a branch connected to the vine, good and lasting fruit is produced.

Good fruit is born from a good tree. John the Baptist exhorted us to “produce fruit in keeping with repentance” (Matt 3:8). When you turn away from anything that produces spiritual and physical death and cultivate an intimate relationship with God through Jesus, you will bear good fruit.

Cultivating intimacy with God and remaining in his presence through His word and prayer, will produce supernatural fruit in your life through His power.

Let’s be mindful of who we align ourselves with, what news we receive in our hearts, and what fruit we are producing.

I am the vine, you are the branches; the one who remains in Me, and I in him bears much fruit, for apart from Me you can do nothing. If anyone does not remain in Me, he is thrown away like a branch and dries up; and they gather them and throw them into the fire, and they are burned. If you remain in Me, and My words remain in you, ask whatever you wish, and it will be done for you. My Father is glorified by this, that you bear much fruit, and so prove to be My disciples. —‭‭John‬ ‭15‬:‭5‬-‭8‬ ‭NASB

A good tree cannot bear bad fruit, nor can a bad tree bear good fruit. —‭‭Matthew‬ ‭7‬:‭18‬ ‭NASB

What a beautiful sight to behold— the precious feet of the messenger coming over the mountains to announce good news! He comes to refresh us with wonderful news, announcing salvation to Zion and saying, “Your Mighty God reigns!” —‭‭Isaiah‬ ‭52‬:‭7‬ ‭TPT‬‬

Hace una semana, estaba pensando en la película de 1976 The Bad News Bears (Los Osos de Malas Noticias), protagonizada por Walter Matthau. El guionista escribió una frase ofensiva que salió de la boca de un niño de 11 años. El fruto de su boca reflejaba lo que le habían enseñado sus allegados.

Y estoy seguro de que también has oído la frase: “¡(Ella) es una mala noticia!”. Ese es el tipo de persona de la que te alejas porque es probable que traiga problemas a tu vida.

Bueno, lo contrario también es cierto: las buenas noticias también traen fruto.

La palabra griega para “evangelio” es euangelion, que se compone de eû (bueno) y ángelos (mensajero). Las buenas noticias (evangelio) de Jesucristo producen buenos frutos a través de aquellos que están dispuestos a permitir que su semilla penetre profundamente en la tierra de sus corazones. (Véase Lucas 8:5-8)

La vida eterna, que es vida sobrenatural, es el fruto de la intimidad. Las Escrituras nos enseñan que conocer a Dios y a su Hijo Jesús es vida eterna (Juan 17:3). De esa unión con Dios, como una rama conectada a la vid, se produce fruto bueno y duradero.

De un buen árbol nace buen fruto. Juan el Bautista nos exhortó a “producir frutos dignos de arrepentimiento” (Mateo 3:8). Cuando te alejas de todo lo que produce muerte espiritual y física y cultivas una relación íntima con Dios a través de Jesús, darás buen fruto.

Cultivar la intimidad con Dios y permanecer en su presencia a través de su palabra y oración, producirá fruto sobrenatural en tu vida a través de su poder.

Seamos conscientes de con quién nos alineamos, qué noticias recibimos en nuestro corazón y qué fruto estamos produciendo.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí, y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que no permanece en mí, es desechado como sarmiento, y se seca; los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis, y os será hecho. Mi Padre es glorificado en esto, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. —Juan 15:5-8 NVI

No puede un árbol bueno dar frutos malos, ni un árbol malo dar frutos buenos. —Mateo 7:18 NVI

¡Qué hermoso espectáculo es ver los preciosos pies del mensajero que viene por las montañas a anunciar buenas noticias! Viene a refrescarnos con noticias maravillosas, anunciando la salvación a Sión y diciendo: “¡Tu Dios Poderoso reina!” —Isaías 52:7 TPT